Miré a mi alrededor, el cielo estaba estrellado, y en el horizonte, el cielo y mar eran indistinguibles; infinitos y en tanto infinitos inconmensurables, pero uno más grande que el otro. ¿Infinitos dentro de otros infinitos?, o ¿infinitos más grandes que otros?, infinitos de distintas cardinalidades. Su inmensidad me asombra, impone y a veces me asusta.
-Miroslava Mosso Rojas