escritura creativa/ ensayo
Tu musa en turno
La boca infinitamente abierta y una minúscula medida, siguiendo la marcha por el desierto. (Lezama Lima)
Las musas prefieren sentir a intelectualizar. La belleza basta. Estar encerrada en un cuerpo agota. La metafísica hace lo suyo, pero no alcanza, abarca. Milena Musquet dice que estar enamorada debería ser el octavo pecado capital porque hace perder mucho el tiempo; más que perder el tiempo, pierdes el sentido de pertenencia y realidad. Estás leyendo para tu próximo club de lectura y de pronto lo comparas a él con Proust: ambos son asmáticos y escriben en la cama.
Dicen que soy su paz en la tormenta. Mujeres cercanas me lo han comentado, ¿será algún mandato de genero más? ¿ser la mujer paz, la que calma, la que tranquiliza?
Yo también soy tormenta. Tormenta en la tormenta.
Trato de no moverme ni un milímetro. Mantengo el ritmo de mi respiración como si mi vida dependiera del aliento. Es la agonía, la incapacidad de amar y ser amada: el miedo a despertarlo. No quiero desatarme; prefiero pretender que duermo a perderme el encaje de sus piernas. Conticinio.
Las palabras caen de alguna u otra manera, pero los sentimientos que vienen sin pensar(se), parecieran ser ajenos a mi supuesto estoicismo. Desertora del amor romántico. Me pronuncio así, pero en realidad ese adjetivo me hace más romántica que la palabra compuesta: hacer-el-amor. Ahora todes prefieren la palabra coger y tenemos el síndrome del apego evitativo.
Pienso que estamos en una constante búsqueda de nuevos cuerpos. Se nos olvida que nos tenemos. Una definición que apunté en mi diccionario sobre erotismo fue: Separación y reunión. Regreso a la realidad primordial. Escribo esto en mis notas del celular mientras veo «Mujeres al borde de un ataque de nervios» estallando de ganas por convencerlo de una monogamia.
Aprendí a no discriminar el amor ante el buen sexo. Él: lo volví dueño de mis orgasmos. Muso, muse, musx ¡lenguaje inclusivo por favor!
Exploto de amor para mis adentros. Implosión.
